Sin embargo con esto no quiero que se caiga en la malinterpretación de mi mensaje, esta es una amenaza real, con una capacidad de contagio que no debe subestimarse, que mata personas aun cuando esas víctimas mortales tienden a ser de edad avanzada o con patologías previas, pero hay una diferencia fundamental entre el miedo y el respeto, pues tomarse a la ligera este virus y frivolizar acerca de él sería un error sin duda, aunque siento que tras todos los acontecimientos de meses anteriores el miedo al coronavirus ha sido peor que el virus mismo, solo se nos ha mostrado una parte de la realidad, se nos ha focalizado nuestra atención a través de un embudo y se ha vetado al ciudadano medio una visión de los acontecimientos de una manera más imparcial, y directamente se ha silenciado buena parte de aquellas declaraciones o puntos de vista escépticos, la censura hacia aquellos que expusieron un punto de vista diferente acerca de la pandemia no ha pasado desapercibida, la cantidad de vídeos en Youtube censurados por esta misma razón es sencillamente abrumadora…¿acaso no confían en el criterio del ciudadano medio para determinar qué información es digna de prestar atención o bien de ser descartada de acuerdo al sentido común? como de costumbre nos tratan como ignorantes sin capacidad de criterio propio, y la prueba de ello está también en el hecho de que todos los medios de comunicación están muy enfocados en las medidas de prevención, la futura vacuna y las estadísticas, pero apenas en lo que respecta al origen real de este virus, a cómo atacarlo desde su origen para prevenirlo en el futuro, y aunque en un principio los medios oficiales mencionaban la explicación del posible origen de manera tímida y con ambigüedades parece que con la llegada del verano prácticamente se ignora la causa originaria y queda como algo marginal, al menos marginal en comparación frente a la fuerza mediática de la famosa vacuna.

Llegados a este punto en mi mente aflora una pregunta: ¿Se ha usado al COVID-19 como el pretexto perfecto para aislar comercial y socialmente a China por parte de EEUU y a posteriori ejercer mayor control social a través de la IA y la tecnología entre otros? Cada cual es libre de pensar lo que quiera pero las pistas apuntan a ello, no me cabe duda que EEUU ha hecho gala de un oportunismo que se refleja en sus movimientos encauzados no solo en el terreno geopolítico sino hacia mayor vigilancia, mayor control social e incluso ya instaurando la Inteligencia Artificial como sistema de control y reconocimiento, citando de nuevo a Sun Tzu con la frase del comienzo del artículo: «En medio del caos, también hay oportunidad». El COVID-19 se ha usado en mi opinión como un mal necesario para movilizar determinadas agendas y las pistas para creer esto están ahí a la vista de todos, si todo esto surgió de manera natural o artificial no es en absoluto fácil de determinar y es ante mis ojos uno de los interrogantes más esquivos en todo este asunto, las opiniones son muy dispares y los medios de comunicación como mencionaba antes se mantienen muy ambigüos respecto a esta cuestión, tal vez porque es malo para el orgullo hacer gala de la ignorancia total, aunque esta es la idea menos malpensada y realmente hay una intención de que la gente no se haga muchas preguntas sobre ello.

Si ponemos atención nos daremos cuenta que desde que empezó el siglo por marcar un punto de referencia, después de algún evento de grandes proporciones o mediáticamente transcendente siempre han instaurado medidas de mayor represión y control social, como pasó con el 11-S y las Torres Gemelas, u otros atentados terroristas más recientes como el de Paris en el 2015 o los atentados de Cataluña del 2017 (si fueron de falsa bandera o no daría para escribir otro artículo aparte), todos hemos sido testigos de la represión brutal sobre movimientos ciudadanos de protesta y reivindicación de mejora de derechos sociales y laborales como por ejemplo el 15-M en España, aunque esa memoria nuestra tan selectiva a veces tiende a bajar la guardia. En el mundo en el que vivimos la libertad siempre tiende a limitarse y reducirse, jamás a expandirse e ir en aumento, la soga siempre tiende a estar más apretada, aunque no hace falta tener un ojo clínico para darse cuenta de esto… y llegados a este punto dejo en el aire una de las preguntas del millón que es la siguiente: ¿volveremos alguna vez a la misma normalidad y libertad de circulación pública y cercanía humana que teníamos antes que empezara esta pandemia? ¿será esta «Nueva Normalidad» un estado temporal o un cambio de paradigma permanente e imperecedero en el tiempo? lo dejo a la reflexión de cada uno.

Y terminando con mis pensamientos sobre esta cuestión, considero que todos estos datos expuestos pueden ayudarnos a ampliar la vereda de la reflexión y a un cambio de perspectiva, no solo un cambio de perspectiva en el día a día observando con una mente crítica los acontecimientos cotidianos cuya transcendencia pueda pasar desapercibido para muchos, sino un cambio de perspectiva hacia nosotros mismos, a nuestro interior, para hallar y redescubrir nuestra humanidad en un mundo convulso y confuso que a veces tiende a llenar de brumas y escollos nuestra mente, para sacar a la luz una humanidad que ciertas mentes maquiavélicas desean empaquetar, clasificar y etiquetar con un código de barras, quiero pensar que nuestro espíritu humano —el que en su más pura esencia siempre ha sido y será el eterno rebelde— será capaz de reforzar los nexos humanos y vencer a todas estas tretas sutiles y no tan sutiles que parecen confluir en un objetivo clave que es difícilmente ignorable y que se hace notar como una espina clavada: Divide y vencerás.

El cambio de paradigma social ya esta aquí, podemos palparlo, me arriesgo a afirmar que el 2020 es el punto de mayor inflexión en lo que llevamos de siglo, pero en nuestras manos está el dirigir ese cambio hacia un mundo más libre, compasivo y lleno de valores nobles o a uno más alienado, artificial y asfixiado por la ambición materialista, ese cambio debe empezar siempre desde dentro porque somos creadores en nuestro libre albedrío, pues nunca olvidemos que somos creadores por naturaleza y ese poder creativo y de elección que poseemos es temido por aquellos ávidos de poder y control hacia la humanidad que nunca comprenderán los conceptos de fraternidad, compasión, respeto y por encima de todo el amor a la vida.